La mente está dividida en dos la mente consciente que es alrededor del 5% y la mente inconsciente que es el 95%.
¿Cómo funciona esto? Podríamos decir que la mente consciente es la que estás usando para ver este taller y la que utilizamos cuando estamos poniendo nuestra atención en algo nuevo, un aprendizaje, algo que voluntariamente queremos hacer. Y la mente inconsciente es la que es involuntaria la que rige el caminar, comer, sentir y correr. Está a cargo de todo el funcionamiento automático de tu cuerpo. Por ejemplo, cuando nosotros compramos un nuevo celular y estamos aprendiendo a usarlo, es algo nuevo para ti y por ende esta tu mente consciente colocando toda su atención en aprender el uso del nuevo celular, ahí está trabajando el consciente. Pero de 7 a 21 días después se vuelve automático, ya lo dominaste y el uso del celular se vuelve un hábito ya grabado en tu mente inconsciente. Y ahí se encuentre el 95% de la información que usamos para vivir.
Si lo que soy lo fui aprendiendo poco a poco desde que era niño repitiendo lo que hacemos una y otra vez hasta que la lección está bien aprendida para nuestro cerebro y se vuelve automático, eso nos brinda seguridad. Por eso tememos a los cambios porque lo conocido es seguro, pero todos hemos hecho cambios en nuestra vida tal vez un cambio de ciudad, de trabajo, de pareja casi todos tuvimos más de un novio y en ese momento que tomaste la decisión de cambiar te sentiste raro, hubo incertidumbre, nervios y angustia, ¿Por qué se siente todo eso? porque estás yendo en contra de lo que conoces, de lo que tu cerebro está condicionado a hacer de forma automática.
En casi todos los libros donde me he documentado para realizar este taller se repite que una de las formas que podemos cambiar es cerrando los ojos e imaginando un futuro diferente, entonces por favor piensa en un objetivo que quieres lograr, escríbelo cierra los ojos e imagina un mundo diferente y actúa de acuerdo con eso que quieres cambiar, el pensamiento debe ser seguido por la acción. Lo podemos llamar meditación o estar con tu “energía personal”, pero como lo quieras llamar es la fórmula perfecta para generar el cambio que tanto deseas. Sin embargo, siempre que quieras cambiar vas a escuchar esa voz interna que te dice que algo va a salir mal, que no debes hacerlo recuerda lo que dijimos que vivimos en el pasado y en un pasado negativo, ahí es cuanto surge. Empieza la lucha entre lo viejo, lo conocido y lo nuevo, lo que deseas. Entonces los pasos para cambiar serían: escribe lo que deseas lograr, la persona que deseas ser, imagínalo, siéntelo y actúa con disciplina haciéndolo una y otra vez, se dice que para crear un nuevo hábito se requiere de 7 a 21 días, hazlo 21 días, sin parar con disciplina y cada vez que: tu cuerpo se sienta raro piensa que es parte del cambio, cuando tu medio ambiente te quiera regresar a hacer lo que hacías antes está atento y continua y cada vez que sientas que no tienes tiempo para cambiar piensa que es solo una excusa de tu mente para regresar a la rutina anterior.
Recuerdo cuando me iba a divorciar mi buena amiga Elvira me preguntó, y ¿qué vas a hacer? Y sin creer ni una letra de lo que decía le contesté, “Todo va a estar bien, porque me tengo a mí”, lo imaginé, y empecé a actuar de acuerdo con eso cada vez que me sentía mal me decía “Me tengo a mí” y al imaginarlo y actuar siguiendo esa línea salí adelante. Al igual tú, agárrate de cualquier pensamiento positivo que te ayude a dar el siguiente paso y continua.
Tenía amigas y conocidas que llevaban 5 años divorciadas y seguían pendientes de todo lo que hacían los ex´s y estaba segura de que no me quería verme ahí. Por lo que conscientemente me dije esta incomodidad que genera el cambio va a durar solo 3 meses, se los dije a mis hijas y me condicioné para que así fuera. Recuerdo que mi hija menor tenía 9 años y un día entró a la casa con unos amiguitos y les dijo si llegan a ver a mi mamá llorando no se preocupen, se está divorciando, pero solo va a estar triste por 3 meses, ella había aprendido una creencia nueva: lo había escuchado, lo había imaginado y se había hecho su realidad. Ella había creado un nuevo concepto en su mente.